sábado, 7 de enero de 2012

Ganar y perder


En estos días de trabajo electoral y de seguir pensando y pensando en tantas cosas buenas, me detuve un momento en la siguiente reflexión: ¿Y qué pasa si pierdo? La respuesta fue tan simple, que paró el estrés: Si pierdo, igual gano. Porque lo aprendido en esta ruta, la gente maravillosa que he conocido, la gente cariñosa que me ha apoyado, recorrer la belleza de mi comuna, es lo suficientemente gratificante como para detener las penas provocadas por esas mentiras, cagüines, falacias y descalificaciones tan típicas de estos procesos ciudadanos.
Gano, porque mi familia lo ha disfrutado. Gano con sólo ver la cara prendida de aquellos que quieren que salga electa y me proponen y proponen ideas. Gano, porque hoy entiendo algunas otras cosas de la vida.
En tiempos en que la política está desprestigiada, siento con más certeza la necesidad de participación e involucramiento de la sociedad para construir el país justo que queremos. Se precisa de gente activa, militantes y no militantes de los partidos políticos. Se requieren ideas y proyectos concretos. Se necesita el trabajo de todos nosotros.
Hoy creo más en mí, creo más en mi comuna y su gente.
¿Y si gano? y si gano, sólo pienso en todo lo que puedo entregar. Créanme, es emocionante.